A todos aquellos que nos ven empujando la pared:
Nuestra única intención es estirar cuadriceps y gemelos. En ningún caso queremos mover el edificio ni ganar espacio a la calle para poder aparcar en batería (aunque moverlo, lo hemos movido).


jueves, 26 de enero de 2012

"COGITO ERGO SUM" VS "CURRO ERGO SUM"

Me permito una pequeña licencia, con permiso de mis profesores de latín del Goya, para manifestar las sensaciones que tengo en estos días de "parón" en la actividad runeril.

Estoy cojito, y aunque es posible que pudiera completar un pequeño entrenamiento a rodaje, la cabeza me dice que me abstenga. Que las grandes lesiones vienen de las pequeñas molestias que no hemos sabido escuchar y darle la importancia que tienen a tiempo. En este caso concreto, la molestia se circunscribe a la zona exterior del tobillo izquierdo. Me he enterado de que el tobillo no tiene musculatura, ni siquiera tendones, tan solo se dispone sobre ligamentos. Así la dolencia no es derivada de

sobrecarga muscular alguna, ni tendinitis ni nada de eso. Posiblemente sea algo de inflamación del ligamento donde se asienta. No voy al médico. ¿Para qué?. ¿Para que me diga que descanse un mes, que no haga ningún esfuerzo?. La baja laboral tampoco me la puede dar, pues soy autómono. Si supieran cuánto necesitamos salir a correr un rato, sobre todo en algunos momentos de la actividad profesional... Como, después de un día horrible, a tope de problemas, o con trabajo hasta las cejas y que no cunde, te calzas las zapatillas y tras 50 minutos de correr bajo la niebla, el frio y el viento, llegas a casa, te duchas y eres otra persona, ves las cosas a través de otro espejo...

Menos PROZAC y más ACTIVIDAD FISICA.

Frente al "Cogito ergo sum" (pienso, luego existo, que diría mi amigo Jesuti que diría Descartes), planteamos el "Curro ergo sum" (corro, luego existo). Más de uno habrá pensado en otra traducción de la palabra curro (si es que hay mucho enfermo por ahí suelto).

Estos días de parón en el aspecto deportivo, cojito-cogito-pienso. Y pienso mucho, demasiado. Me vienen a la cabeza muchos pensamientos nefastos: Si no voy a poder recuperarme del todo. Si con la de cosas que me han ocurrido y que me han limitado (lesiones de diversas índoles, tendinitis, sobrecargas; dolencias y problemas de retina...), ahora va esta tontada y me deja tirado en la cuneta. Y uno siente que no es el mismo, que las tardes en casa se le hacen eternas.

Y es que, queramos o no, lo entiendan los demás o no lo entiendan, la especie del homo currensis es propensa a un tipo de adicción que genera tal volumen de endorfinas que, ante la brusca retirada del "chute" diario, provoca estos estados anímicos. Manifestaciones externas también se dan: Volverse ante cualquier persona que vaya corriendo en mallas sean del sexo que sean (las personas, no las mallas); esperar que salga el día lluvioso, que caigan chuzos de punta (ya que yo no puedo salir, que no salga nadie).

Todo esto, espero y rezo por ello, pasará pronto. Y me encontraré de nuevo con mis compañeros de salida, bajo el manto de la noche y las tenues luces sin gracia de los parques, con 3º centígrados, viento o niebla (una de dos), sudando y sufriendo en los cambios de ritmo. Y veremos venir, en lontananza a otro grupo de corredores, desafiando igualmente a los elementos. Que nos saludaran con una leve inclinación de la cabeza. Y que, tras cruzarnos, comentaremos: "Jodo, con el día que hace, también son ganas. Si es que hay mucho enfermo...".